"Psicosis: Hors de Piste"


Adolfo J. SantamaríaHospital Provincial de Castellón.
Consellería de Sanidad. Generalitat Valenciana.

Correspondencia: adolfosantamaria6@gmail.com



Buenas tardes,


Quisiera realizar una breve introducción a la mesa que voy a coordinar y que hemos titulado “Psicosis: Hors de piste”.


El título viene a cuento de los terrenos que en ocasiones atravesamos fuera del carril, del camino, de la pista. Si hay un carril que podría parecer plausible, hasta claro y distinto, como las ideas, este podría ser el registro de lo simbólico. Como aprendemos de Freud y luego lacan subraya en su obra –sobre todo en la primera parte de esta– el simbólico, con su significante primero en sus funciones de “nombre del padre” permite dar alojo a ese goce que es otro y que en el caso de la psicosis, por el contrario, circula fuera de sentido, “hors de piste”, haciendo del sujeto un “mártir” de su propio inconsciente.


Este “hors de piste” nos sugirió tres cuestiones en el funcionamiento en la psicosis. en primer término, algo que llamaré intuición en la institución. ¿Cómo abordar la psicosis y el trato con los psicóticos en un lugar donde los cauces, carriles, programas se presentan ante nosotros como un no más allá? ¿Cómo ir más allá de una posición higienista y primaria del trato con el sujeto que tiene como objetivo la cumplimentación de sus necesidades básicas? ¿Cómo trabajar más allá de la consolación farmacológica de olan- zapinas, risperidonas, clozapinas...?


Se impone otro modo, un fuera de pista, alentado por el deseo decidido... que no tiene que ser confundido con ninguna 



orientación “antipsiquiátrica” como de hecho nos sucedió en la presentación de una estrategia de cura basada en la conocida “práctica entre varios” (a plusieurs)


Pero si esta primera observación, quiere ser un interrogante frente al den- tro de pista de la institución, cabe interrogarse por las razones de estructura que nos brindan la posibilidad de un “hors de piste” en el trato con los sujetos psicóticos. Por lo dicho anteriormente estamos de acuerdo con la consideración de la psicosis como un “hors piste” un fuera de discurso, que instaura, no obstante, en algunos casos, la posibilidad de una construc- ción del lenguaje que permitirá al sujeto el establecimiento de un vínculo –atemperado- con el otro procurando cierta pacificación de ese goce que señalamos.


Fuera del campo de la psicosis tenemos algún ejemplo clásico de cómo un sujeto, por intermediación de un síntoma, pone ese goce a buen recaudo en el seno de su propio síntoma. Eso podemos leer en el “Pequeño Hans”: cómo el síntoma fóbico que genera le pone en la “pista” y cómo el goce que deviene del órgano es articulado a través del objeto fóbico –el caba- llo/mancha negra– “Juanito” a través del síntoma puede organizar ese goce del cuerpo, extraño e independiente, recuperando algo de la homeostasis y dejando, de alguna manera, a salvo su narcisismo, aunque ello le implique no pocos costes.


El psicótico no entra en este juego significante, en este fuera del cuerpo, en este desplazamiento, y permanece pegado a su propio cuerpo como objeto de sí mismo. Se encuentra “hors de piste”, fuera de la pista simbólica o al menos con una fragilidad en este registro que le dificulta la interrogación por su propio ser en relación con el otro.


Está razón de estructura no nos deja otro recurso que el “a tontas y a locas” que titula nuestro encuentro en esta Jornadas. Fórmula que permite escuchar algo de ese goce narcisista, no 

dialectizado y estásico que habita al sujeto.


Quiero terminar esta breve introducción con dos pequeñas, pero no menores, intervenciones de lacan que distan entre ellas nada menos que cua- renta y tres años. La primera la pueden encontrar en un texto de 1932 donde presenta su tesis doctoral y donde nos advierte: “cuando traten con los psicóticos, indiquen que no traten de asociar... déjenles que hablen a “bâtons rompús”. La segunda, cuarenta y tres años más tarde, en el Semina- rio 23 “El sinthome” señala: “Después de todo no es seguro que lo que digo de lo real sea algo más que hablar a tontas y a locas”.


Este es el “hors de piste” que nos permite rodear algo de lo real... por ello se trata de hablar... pero sobre todo de dejar hablar, dejarnos hablar, si es que queremos que algo de ese real sea tocado y permita cierta construcción sinthomática.


Gracias.