Música, Locura y Creatividad.

Gustav Mahler


Fátima Piñeiro García

PIR, HULA
correspondencia: fatima.pineiro.garcia@sergas.es



Vamos a hablar ahora de la personalidad de Gustav Mahler. Me gustaría, para empezar, citar unas palabras de Bruno Walter, el cual, además de su amigo era director de orquesta, encargado de dirigir algunas de las obras del músico.


Este, en una biografía que realiza sobre el músico, escribe:

“Mahler era un maníaco-depresivo con una veta sádica. Los músicos lo respetaban, pero odiaban ejecutar bajo su dirección. Era el tipo de director que podía tomársela con este o aquel ejecutante, el tipo de director que comenzaba un ensayo de Lohen- grin y gritaba a los músicos antes de que sonara una sola nota: “¡demasiado alto!”


Vamos a hacer ahora una breve biografía, señalando los momentos más destacados de su vida.


Gustav Mahler nace en 1860, en Kalište, una zona rural y precaria que actualmente pertenece a la república Checa. los Mahler tuvieron 16 hijos, de los cuales 6 murieron durante su infancia. De todas las pérdidas que sufrió en la infancia, para Gustav fue especialmente dura la pérdida de su her- mano ernst en 1875, debido a un problema cardíaco con solo 13 años. Mahler tenía apenas dos años más que su hermano y su fallecimiento lo marcó profundamente.


en la infancia de Mahler tuvo una gran influencia también la relación con sus padres: él era violento y estricto, tanto con su mujer como con los hijos, por lo que Mahler tuvo siempre una relación mucho más cercana a su madre.


Otra de las fechas señalables en su biografía es el año 1901. En este año conoce a Alma Schindler, 19 años más joven, y que pasará a ser su mujer, como veíamos en la película.


Sin embargo, si se puede hablar de un año que marque indudablemente la vida de Gustav Mahler, ese es sin duda el año 1907. Triste año para él, ya que se unen 3 tragedias, tanto en lo personal cómo en lo profesional, los cuales también hemos ido viendo a lo largo de la película:


-El cese como director de la opera de viena.
-La muerte de su hija, por difteria.
-El diagnóstico de una enfermedad cardíaca incurable, de la cual fallecería tan solo 4 años después.


Podemos ver en esta pequeña biografía algunas de las posibles razones que llevaban a esta personalidad tan perfeccionista de Mahler: su vida estuvo desde el principio marcada por la muerte (sus hermanos, su hija, el diagnóstico de su enfermedad). quizás su necesidad de control, visible también a la hora de dirigir y componer, no era, si no, una forma de intentar evitar la muerte, tan presente en su vida.


Sus obras nos muestran también sus partes “oscuras”, tristes, ya que se dice del músico que podía pasar rápidamente de la alegría a la profunda tristeza. en la obra de Mahler a veces parece debatirse entre el bien y el mal, como si existiera un conflicto interno entre dos extremos: puede que esto fuese la forma de reflejar la situación que vivía en casa: el conflicto entre una madre delicada y desdichada y un padre intimidante y agresivo.


De hecho, sus primeras composiciones fueron los Kindertotenlieder (Can- ciones a los niños muertos). estos eran una adaptación de poemas de Frie- drich rückert, que el músico convierte en canciones en honor a sus hermanos fallecidos, en especial a ernst. alma cuenta en sus memorias que en una ocasión le dijo a Mahler: “¡Gustav, no tientes al destino!”,

, preocupada por estas lúgubres composiciones de su marido. en cierto modo quizás fue una triste predicción, ya que solo 3 años después perdió a su hija María.


Como veíamos en el comentario inicial de Walter, Gustav Mahler era alguien perfeccionista, obsesivo, tanto en sus composiciones cómo en la forma de interpretarlas: era una persona autoritaria y dura cuando la ejecución no cumplía sus expectativas. esta obsesividad se refleja en sus obras: tan detalladas, cuidadas. era así mismo una persona obstinada, cuando se pro- ponía algo nada lo podía desviar.


Era además, como otros obsesivos, una persona supersticiosa. tenía miedo a componer una novena sinfonía: consideraba que era un peligro ya que otros autores como Beethoven o Schubert fallecieron tras componer sus novenas. De hecho, la “novena sinfonía de Mahler”, se llama “lieder” a secas, y él se negaba a considerar esta como una novena sinfonía. Cuando empezó a componer la décima, le dijo a su mujer “ahora el peligro ha pa- sado”. Sin embargo, falleció llegando a completar solo el adagio de esta obra, la cual fue completada y estrenada póstumamente.


Mahler era un hombre torturado por las dudas; inseguro desde los aspectos más cotidianos de su vida, hasta a un nivel existencial. quizás fue esta in- seguridad lo que lo convirtió en una persona aparentemente arrogante, y hasta déspota a la hora de trabajar.


Lo que queda claro es que el músico tenía clara su misión: estaba unido a la música, ya que consideraba que lo acercaba a lo espiritual, a lo religioso y a lo relacionado con las grandes preguntas que se hacía sobre la vida y la existencia. algunos biógrafos incluso plantean que sus sinfonías son en cierto modo, una forma de responder a estas preguntas.

Podría, en definitiva, definirse como un neurótico, a menudo rumiativo sobre el sentido de la vida, el sufrimiento o el amor, temas presentes perma- nentemente en sus obras. Por eso, me gustaría concluir esta exposición con una reflexión que Mahler realiza sobre el sufrimiento y la condición humana.


¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Es verdad, como dice Schopenhauer, que he deseado realmente vivir antes de ser concebido? ¿Por qué me creo libre, mientras mi personalidad me aprisiona como un calabozo? ¿Para qué sirven estos sufrimien- tos? ¿Cómo la crueldad y el mal pueden ser la obra de un dios misericordioso? ¿Nos revelará por fin la muerte el sentido de la vida?